martes, 7 de julio de 2009

Tirás, tirás y no dejás de tirar. Sabés bien que la cuerda es de buena calidad, gruesa, de esas que sufrieron la erosión del viento, la lluvia, el granizo, la nieve, el sol alto del mediodía y seguían intactas, como si nada hubiese ocurrido. Pero también sabés que nada es para siempre, que los efectos quizás no son visibles, pero corrompen internamente, como gusanos en árboles caídos.
Por ende, cuando vuelvas a tirar y la fuerte cuerda se rompa, no te preguntes porque lo hizo, ni te molestes por su supuesta buena calidad. Cuando la cuerda se rompa recordá todo lo que hiciste para llegar a esa situación. Recordá las veces que la dejaste a la intemperie, la maltrataste, la cambiaste por otras cuerdas.
Ahora imaginá que es una persona, visualizá mi rostro y mis costumbres, y cuando llegues a ese punto; hacé memoria, y después vos solita sacá tus conclusiones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Heello Entraadaaaaas :$:$